Probablemente muy pocas veces o nunca nos hayamos parado a
pensar de qué manera vivimos la vida. Muchas de las personas a las que
conocemos viven la vida de una forma alocada, o lo que es lo mismo, sin pensar
en el por qué de las cosas, sin tener esa inquietud y ese deseo de saber.
Yo sinceramente pienso que hay que vivir tanto de una forma
alocada como de una forma racional. Está bien hacer las cosas sin pensar el por
qué, es más, hay momentos de la vida en el que uno hace una, dos y más de tres
cosas sin preguntarse el sentido de lo hecho, pero el hecho de vivir de una
manera alocada no conlleva a nada, ya que seríamos totalmente incultos. Creo
que también todo el mundo ha tenido un deseo de saber, un momento en el que se tiene curiosidad por algo, un instante
en el que se quiere saber el por qué de las cosas.
¿A quién no le llama la atención el saber por qué el cielo
es azul o el por qué las nubes vuelan? La respuesta a dichas preguntas solo se
consigue a base de hacer un pensamiento racional, es decir, utilizando tanto la
ciencia como la filosofía. Por esta y por muchas otras razones me inclino un
poco más a favor de vivir la vida utilizando un pensamiento racional.
Por último, solo decir que para mi una de las cosas más
maravillosas es preguntarse el por qué de las cosas.
¿Seguro que todo el mundo sentiría eso?
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